sábado, 27 de diciembre de 2008

EL OBSERVATORIO AUDIOVISUAL E INVESTIGATIVO SOBRE PROCESOS COMUNITARIOS Y DE RESISTENCIA RECHAZA las amenazas en contra del pueblo NASA en el departamento del Cauca, la represión en su contra y, lo que es peor, las mentiras, el silencio cómplice de los grandes medios de comunicación en Colombia. La información, un derecho humano fundamental, es usado por quienes detentan el poder para legitimar la violencia y perpetuar las injusticias.

CONOCE Y DIFUNDE:

¡Indignante!
Esto es lo que Caracol Noticias reportó acerca de lo sucedido:
Periodista: 'En la refriega un indígena resultó herido. El coronel Luis de Jesús Celis, Comandante de la Policía del Cauca explicó las circunstancias de los incidentes.'Comandante: 'En el momento del desalojo, en el momento en que ellos emprenden la huída se cae y lógicamente sufre de algunas contusiones.Esta persona ya fue recogida por la Policía y fue llevada al hospital de Santander de Quilichao, Cauca para que le presten los primeros auxilios´.

Camarógrafos de los medios de comunicación:
Esto es lo que los indígenas PAECES grabaron:

'Y los mismos policías llegaron y dijeron: ! guerrillero,ahora sí tomá, dijeron. Y uno más llegó cuando tuve los dos dedos asímochados ya y me dio garrotazos por ahí mismo'
'Tantos policías vinieron corretiando y yo me enredé con un palo y me caí y ahí fue cuando me cogieron de punta de garrote ellos, y el garrote, echando puntapié.Me recibí como unos 30 garrotazos y me quedé caído en el suelo y ahí me dijeron: ! guerrillero. Me dijeron.Me trataron de guerrillero y después me levantaron y me cogieron de la mano y me cogieron ellos mismos y me echaron gas en la boca, en los ojos y en los oídos.Y después me sentí que cogieron un dedo y lo mocharon (mutilaron). Y cogieron otro dedo: también lo mocharon.Y en la cara medio me borré esa gas y me miré y los todos 2 dedos estaban mochos y cuando llegué y me sentí yo que: ¿Qué voy a hacer? Me senté yo. Y los mismos policías llegaron y dijeron: ! guerrillero, ahora sí tomá, dijeron. Y uno más llegó cuando tuve los dos dedos así mochados ya y me dio garrotazos por ahí mismo. Entonces me chispió la sangre. Y otros de abajo vinieron correteando y dijeron: ! guerrillero, caminá pa' la fiscalía, dijeron. ¿O vas a correr? ! corré, ahora sí corré, que pagaste ya, me dijeron, cuando lo mocharon los dos dedos.'

'Me caí en un lado y ahí me pisaron en el pecho y ahí no me dejan levantar. Cuando llegó disparando en toda la frente con que tiran los gases esos. Cuando me he bajado aquí yo no sentía nada. Cuando al medio día yo ya sentí el dolor y cuando me movía ese ojo y lo abría y lo movía esta piedra salió del ojo.'

50 policías golpean salvajemente a 3indígenas esposados dentro de camión:

'Nos esposaron, nos dieron patadas, nos reventaron con pura garrote.Como cincuenta hombres para tres de nosotros.Nos tuvieron ahí donde tenían el campamento ellos y más o menos a las once nos bajaron al hospital porque vieron que estábamos muy mal golpeados.Y trataron de limpiar la cara y todo eso.Pero la sangre seguía saliendo y entonces no hubo más que bajarnos.Nos botaron la caja de dientes, nos desvistieron,botaron las correas, quitaron los zapatos.Eso fue todo lo que nos hicieron.'


'Estas son las armas, las esquirlas que ellos están lanzando,que están reforzadas con pedazos de cristal, con pedazosde tornillos y con bolas de pasta. Eso es el resultado quecausan los artefactos, las armas que ellos cargan'
Este tipo de obscenidades y tratos degradantes por parte delos Agentes del Estado son frecuentes en los Territorios Ancestrales.

'Los mismos antimotines se encargan de decirque no se preocupen, que en treinta minutosvenían los paramilitares, que iban a matar más de cien indios'

¡¡¡Indignante, no mas silencio!!!!

!SEA INDIO!

SEA INDIO
Escrito por Juan Manuel Roca
Los más alevosos y equívocos insultos que aún se oyen en Bogotá, suelen rematarse con una invitación miserable: "no sea indio".
El autofágico insulto puede ser proferido muchas veces por alguien de rasgos evidentemente indígenas, por algún muisca de Everfit en trance de blanquearse. Otras veces lo hacen los que se llaman a sí mismos blancos, gentes que sueñan con un pasado virreinal y que cuelgan a placer antepasados y antepasadas en las ramas secas de un árbol genealógico, que casi siempre ha sido abonado con sus propias miserias. Cuando una comunidad como la de los paeces se levanta erguida tras más de 500 años de soledad y de expolio y se enfrenta a las fuerzas armadas, a los robocops, a los miembros del Esmad, del Ejercito Nacional y la Policía, valdría la pena decirle a cada colombiano: "sea indio".
Cuando las víctimas no olvidan, por ejemplo, la matanza del Naya, la memoria y persecución de Manuel Quintín Lame Chantre por los gamonales del Cauca y por uno que otro poeta parnasiano trepado en un camello surreal; cuando se siguen enfrentando a las vejaciones feudales de los terratenientes y a los aires rentistas, estaría bien decirle al periodista amordazado por sí mismo: "sea indio".
Cuando los soldados afinan la puntería, oyen los pases hipnóticos de no se sabe cuál patria, obedientes a órdenes superiores de seres muy inferiores, habría que decirles que se nieguen a disparar, que sean indios.
Cuando el presidente de la República le exige a los indígenas caucanos que pidan perdón a la policía, ¿no habrá quién le diga que le de vacaciones a su autocracia y sea indio? Cuando el Estado necesita tanto despliegue militar para desbandar las mingas de los legítimos territorios paeces, dan ganas de ser indio, aunque sea en un grado "honoris Cauca". Ahora, si no quiere ser indio, si no quiere acompañar su justa protesta para estar al lado de las víctimas de un secular expolio, también puede ser negro, como los corteros de caña, que además de pobres son esclavos.
La verdad, frente al generalizado aturdimiento intelectual de buena parte del pueblo colombiano, ellos viven dando a cada tanto, tras el permanente exterminio de muchos de sus líderes, una lección de dignidad.
El “personaje del año”

Por Carolina Sanín*
El Tiempo llenó la primera plana de su pasada edición dominical con una foto de Juanes en el papel de Personaje del Año. El cantante posa con su camisa negra, con la cabeza agachada, los ojos cerrados, ceñudo y sosteniendo sobre el corazón y entre los puños la bandera de Colombia. En la misma página se publica la lista de los “Otros personajes del año”. La encabezan Juan Manuel Santos e Ingrid Betancourt. El trío del guerrero, la mártir y el juglar, que quedaría de perlas en el retablo de una iglesia medieval, no es menos apropiado para el país feudal, ignorante y ultra católico que es Colombia.
Es también apropiada la designación de Juanes como personaje del año, por razón de su indiscutible celebridad. Pero celebridad no es sinónimo de importancia, y la importancia de Juanes sí debe ser tema de discusión, sobre todo cuando El Tiempo declara, al pie del retrato descrito, que el personaje “se ha convertido en la conciencia social del país”. Juanes es básicamente un cantante que vende muchos discos, y cuya bonhomía ha permitido que los medios de comunicación bendigan en él a un personaje popular con matices folklóricos, sin tener que meterse en consideraciones sociales, estéticas o culturales. Esto resulta muy útil: para no ir más lejos, con el pretexto de Juanes, El Tiempo logra estampar la frase biensonante “conciencia social” en primera plana sin tener que hablar de los indígenas que organizaron la reciente Minga o de los sindicalistas que fueron asesinados durante el año, que sí representan la conciencia social del país.
En letras más grandes que las que usa para dar la noticia de la erupción de un volcán, El Tiempo llama a su personaje “El roquero comprometido”. No creo que Juanes sea ni lo uno ni lo otro. No es roquero: la música que hace se llama pop, aquí y en Japón. Y no está comprometido: ¿Qué posición tiene? ¿Cuál es el “activismo” que, según El Tiempo, realiza? ¿Qué es lo que dice? ¿Que hay que hacer la paz y hacer un mundo mejor en el que no haya pobres ni minas antipersona? Es lo mismo que, cuando les da pena pedir sólo juguetes, los niños ricos escriben en sus cartas a Papá Noel (y con el mismo compromiso y los mismos resultados).
Los colombianos admiran a Juanes porque fue al Parlamento Europeo a pedir cantando una limosna (como se pide en las busetas de su patria) e hizo que los diputados bailaran (ridículamente, hay que decirlo) al son de su propia condescendencia hacia el Tercer Mundo. Admiran a Juanes porque aprovechó cierta crisis fronteriza entre Colombia y sus vecinos, provocada por una grave violación de soberanía territorial, para organizar un concierto a favor de la concordia y la paz, al comienzo del cual lanzó el agresivo (y onanista) grito: “¡Estoy que me toco, hijueputa! y en medio del cual complementó sus versos “tengo la camisa negra/ y abajo tengo el difunto” con la violenta glosa: “pa’ enterrártelo cuando quieras, mamita”. Admiran a Juanes porque no se ha lanzado a cantar en inglés como Shakira, como si esta decisión implicara una actitud intelectual o política y no simplemente un poco más de oportunismo. (Por cierto: Juanes no canta eninglés, pero cuando canta pronuncia los fonemas del español como gringo, como para sonar más “pop”.)
También lo admiran porque es, como el presidente Uribe (a quien él a su vez admira), la mezcla perfecta de macho malhablado y conservador rezandero. Y porque los medios les dicen que es admirable. De Juanes, además de su superioridad moral de hombre de familia, de su cómoda neutralidad, de sus profesiones de fe católica y de su talante complaciente, me parece funesto que haya contribuido a la entronización de esa noción miope según la cual existe un imperativo ético que se llama “hacer patria” y que consiste en bolear bandera, en decir “mi sangre” y “mi tierra”, en creer que Colombia y sus habitantes son óptimos (o más bien: “una chimba”) y en escuchar canciones de Juanes. Por último, pretender que nuestro Personaje del Año es el mejor representante de la música nacional no es justo con los músicos colombianos ni con los consumidores de música. En cuanto a la calidad del producto, merece la pena repasar algunas letras de este cantautor a quien El Tiempo compara inexplicablemente con Bob Dylan. Brillan en ellas el descarado cliché (“A Dios le pido / que te quedes a mi lado / y que más nunca te me vayas / mi vida”), la enigmática simpleza (“Me enamora que me hables con tu boca”, verso que parece extraído de una parodia de Les Luthiers), el ripio opusdeísta (“Nuestra familia es más importante ya lo sé, y la debemos proteger y volver a tejer/ porque estos tiempos son difíciles y es más escasa la verdad”), la confusa alucinación antropomórfica (“Hagamos todos una bandera con manos negras/ una bandera con manos blancas / por un mundo mejor en este momento. / Hagamos todos una bandera con manosmestizas / una bandera con manos inmigrantes / por un mundo mejor”) y la vulgaridad inspirada en la copla infantil “Pican, pican los mosquitos”: “Lo que ayer me supo a gloria/ hoy me sabe a pura mier…. / coles por la tarde y tú que no llegas / Mal par… ece que solo me quedé / y jue… pura todita tu mentira”. Se lee en El Tiempo: “En una entrevista reciente, Juanes confesó que estaba leyendo El Capital de Karl Marx para poder comprender mejor la actual coyuntura económica, en un gesto que sólo confirma sus ganas de aprender”. Yo le sugeriría a Juanes, en vista de sus ganas de aprender, que buscara en Wikipedia la connotación principal de “camisa negra”. Al autor del artículo le recordaría que decir que uno está leyendo El Capital no tiene por qué constituir, en una sociedad sin censura, una “confesión”.
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*Carolina Sanín es escritora autora de la novela "Todo en otra parte".